La guia que nos toco en suerte en un tour organizado para conocer el lugar, era una
Al dia siguiente cogimos un avion hacia nuestro siguiente destino: las cataratas del Iguazu. Dado que una imagen vale mas que mil palabras, aqui os dejamos las siguientes fotografias a modo de resumen de los tres dias pasados alli:
Lo malo de las fotografias es que no se aprecia, ni de lejos, la fuerza del agua cayendo por cientos de cascadas, algunas de ellas de ochenta metros de altura. Afortunadamente, Axun Spielberg capto este video en el que si se aprecia un poquito mas la magnitud de esta fuerza de la naturaleza:
Nuestro hotel, El Esturion, estaba situado en un lugar privilegiado junto al rio Iguazu y la selva subtropical que lo rodea. Al abrir la ventana, podia escucharse el sonido de decenas de aves tropicales con sus cantos tan distintos de lo que estamos acostumbrados (Iñaki, habrias disfrutado como un enano). Otra curiosidad es que caminando unos 150 metros desde la salida del hotel, se llegaba a un punto del rio en el que confluyen las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay. Todo un cruce de caminos.
Y ya va quedado poquito para que este viaje toque a su fin. En el proximo post os contaremos que tal nos esta yendo en Brasil, aunque podemos adelantaros algunas anecdotas del brasilian way of life que nos han ido ocurriendo. Nada mas llegar al aeropuerto de Foç do Iguaçu, una turista francesa pidio dos cafes y queria pagar con 20 euros. Como la dependienta no tenia cambio en euros y la turista salia ya para Francia, un brasileiro que estaba en la cola se adelanto y le pago a la turista los dos cafes, a lo que otro brasileiro añadio: "no se preocupe, esto es brasilian way". Ese mismo dia al llegar al aeropuerto de Salvador de Bahia, el taxista que nos llevo al hotel -que no hablaba ingles y al que no conseguiamos entender en portugues- puso un poco de musica brasileira. Al enterarse de que estabamos en viaje de novios va el tio y nos pregunta: "¿os gusta la musica?". Y ni corto ni perezoso, ¡nos regalo el cd como regalo de bodas!
Vivimos otro momento increible en una terracita de lugareños en la que estabamos cenando (huimos de los garitos turisticos como de la polvora). Estaba tocando un grupo de samba, y varias parejas bailando entre las mesas. De repente se acerca a nuestra mesa una mujer de unos ochenta tacos que estaba bailando como una veinteañera, y se presenta. Se habia quedado encandilada con Axun, y no hacia mas que decirle agarrandole la mano que ella vivia justo detras del garito y que si necesitabamos cualquier cosa que fueramos a preguntar por ella. Su nombre era larguisimo, pero nos dijo que todo el mundo le llamaba Neia. Al irnos del garito, todo el grupo de samba se dio la vuelta para despedirnos. No tenemos fotos, pero volvimos al hotel con una sonrisa de oreja a oreja, llenos de buen rollo y sintiendonos afortunados por estar viviendo el brasilian way.
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